Aristóteles: la traducción como medio de preservación del pensamiento clásico
Aristóteles (384-322 a.C.) es uno de los filósofos de la Antigua Grecia más admirados en todo el mundo por sus estudios en los más diversos campos del conocimiento. ¿Pero cómo habrá llegado su pensamiento hasta nuestros días?
Nos llegó, en un pequeño porcentaje, en lengua griega original y en latín, que sustituyó al griego como idioma de primera importancia con el ascenso del Imperio Romano en Europa y, sobre todo, a través de la traducción al árabe y posterior adaptación a otras lenguas.
Por tanto, la traducción fue la gran responsable de la preservación y transmisión del pensamiento de este filósofo griego hasta la actualidad. ¿Cuánto de lo que atribuimos a Aristóteles será realmente suyo, y cuánto serán aportaciones de los sucesivos traductores que intervinieron en su legado?
Aristóteles: la preservación del pensamiento en la Antigüedad Clásica
La cultura de la Antigua Grecia y sus pensadores más importantes, principalmente vinculados a la filosofía, tuvieron una potente influencia sobre el Imperio Romano y se siguen considerando los fundadores de la civilización occidental.
Muchos de estos filósofos fueron por ello traducidos al latín y su pensamiento, difundido por el imperio, adoptado y transmitido de generación en generación hasta nuestros días.
A pesar de que la mayoría de los textos de Aristóteles fueron apuntes de clase o anotaciones de alumnos, algunos de sus escritos tuvieron la suerte de ser traducidos al latín, como el tratado sobre lógica, objeto de una traducción de Beocio.
Otros se perdieron para siempre, como los escritos organizados y destinados a la publicación. Esta dispersión se debió a que los manuscritos no eran tan susceptibles de ser perpetuados dado su carácter efímero y único.
Pero otros de sus textos sobrevivieron, aunque esparcidos por diferentes lugares del antiguo Imperio Griego, conservados por discípulos de Aristóteles y traducidos a otros idiomas influyentes de la época como el árabe.
Son estos “libros” sobre los diferentes temas que estudió, compilados de forma póstuma, los que solo llegaron al mundo occidental muchos siglos después y en sucesivas traducciones, que se volvieron ilustrativas del pensamiento del gran filósofo.
Traduciendo a Aristóteles: cómo llegaron hasta nosotros sus escritos
No fue hasta el siglo XX que los académicos de Europa Occidental tuvieron acceso a la totalidad del tratado de Aristóteles sobre física, lógica, psicología, biología o política, dada la dispersión de sus escritos.
La mayoría de los textos supervivientes a la caída del Imperio Griego encontró refugio en algunas comunidades académicas del este, entre los sirios, pasando al dominio de los árabes cuando estos conquistaron Siria en el siglo 7 d.C.
Los escritos de Aristóteles se tradujeron así al sirio y al árabe entre los siglos V y X, y más tarde se difundieron por el mundo islámico, influyendo el pensamiento filosófico árabe y sin atravesar nunca las fronteras al mundo occidental.
El primer encuentro occidental con estos textos tuvo lugar en el siglo XI, tras la reconquista cristiana de algunas ciudades europeas a los árabes y la traducción de parte del pensamiento aristotélico existente del árabe al latín.
La principal dificultad encontrada fue la diferencia radical entra la estructura de la lengua árabe y la lengua griega, en primer lugar, y entre el árabe y el latín, en segundo lugar, hacia la que se pretendía traducir.
Con la reconquista de Constantinopla en el siglo XIII, los académicos occidentales accedieron a algunos textos griegos más cercanos a los originales de Aristóteles, lo que les permitió traducirlos de forma más simple y eficaz hacia el latín.
En la Edad Media, en el Renacimiento y durante la Revolución Protestante, los académicos contestaban las teorías aristotélicas con frecuencia, utilizando mayoritariamente las traducciones de sus escritos como base para nuevas teorías.
¿Qué escribió Aristóteles finalmente?
La traducción asumió, en el caso particular de Aristóteles y de parte de la cultura de la Grecia Antigua, el papel y el poder de transmisora del pensamiento clásico. Del griego clásico original poco sobrevivió hasta nuestros días, no fue de otra forma que en las sucesivas traducciones.
Parte de esta conservación de la memoria y de la doctrina aristotélica sobrevivió también gracias al papel de los discípulos de Aristóteles, que cumplieron la misión de divulgar sus teorías y sus enseñanzas.
¿Pero acaso no es toda transmisión de conocimientos y toda traducción de un texto escrito y leído una construcción sobre las bases originales? En este sentido, mantener la fidelidad al verdadero pensamiento de Aristóteles se vuelve más complejo.
Algunos académicos refieren incluso una posible tergiversación del pensamiento aristotélico dada la incapacidad de certificar la autenticidad del origen de los textos traducidos, por un lado, y de transmitir fielmente lo que se lee, por otro.
La traducción implica siempre una recreación por parte del traductor, lo que, por sí solo, limita el acceso a la obra original. En el caso de familias lingüísticas con construcciones semánticas y gramaticales dispares, el resultado es todavía más comprometedor.
Cuando leemos a Aristóteles, en realidad leemos las visiones de diferentes traductores y culturas sobre sus teorías. De esta forma, ¿será posible garantizar la correcta atribución de la doctrina aristotélica al propio Aristóteles?
Fuentes: Ontology, Stanford Encyclopedia of Philosophy y MathPages